Estaba acurrucada como chiquilla asustada en el sofá del pequeño salón. Eran más de las doce de la noche pero yo seguía levantada, con el sueño acechándome cada vez que pulsaba *Enviar* en mi Itouch.
Ya había visto la película. Sólo dos veces, pero recordaba cada detalle. No me interesaba mucho que Bella descubriera que Edward era un vampiro. Estaba pendiente de mi propio Edward.
Lo ví en el chat y comenzé a hablar:
Yo: Hoola guapo
Él: hoola que tal?
Yo: bien aquí y tu?
Él: bien también . Aquí donde?
Me gustaba cuando se hacía el loco, así aprovechaba para gastarle una pequeña broma y hacerle reír de esa forma tan dulce y sonrojándose al mismo tiempo.
Yo: en tu casa
Él: ven aquí!! Corre!
Me excite. Este chico no sabe el efecto que causa su entusiasmo hacia mi persona.
Yo: ya estoy aquí. Te veo .
Bromeé.
Él: ya te veo!
Sonrisa estúpida. Lágrima más aún
Me preguntó por Jacob; una especie de rollo juego. Se preguntaba si le amaba.
No. Por supuesto que no. Sólo había uno. En los últimos diez meses solo había uno.
Él: quien es?
Yo: Llamémosle verde .
Esto era una pequeña broma entre nosotros. Él estuvo por mi no hace mucho, y para hablar de mi y que yo no me enterase de la verdadera identidad de Azul, me puso ese mote. Y claramente si él quería jugar a los colores, porque yo no podría hacer lo mismo?
Él no sabe quien es Verde. Verde es él y él es Verde. Verde. Verde. Verde. Verde cómo sus ojos en una leve, sin llegar a ser siniestra, oscuridad.
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